Una Madre
¿No tiene los brazos muy delgados?- preguntó el ángel.
El Señor esbozó una sonrisa y le respondió:
pareciera...pero son capaces de dar un abrazo tan
fuerte como para mitigar el dolor y el miedo que
afligen al corazón humano.
¿Y qué es? - inquirió el ángel.
"Una Madre" le contestó el Señor.
El ángel admiró la belleza sin par de ese rostro
que suscitaba ternura, alegría, dolor y angustia
a la vez y reparó en un hilillo de agua que
brotaba de uno de sus ojos.
Señor, tiene agua en la mejilla!
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